18/8/12

Dieciocho de Ayer ( o la Luz Pretérita )


LA ENCARNIZADA

BOCA

tras el humo

del cigarrillo

asfixiaba

en el interminable trago

una mentira.


EL ROUGE INTENSO

LUEGO

esbozó una huella

perfecta

del amargo beso

que el gélido cristal

evidenciaba ,

entre la viscosidad

del vaho

se abría paso

          la melancolía .



LA NEGRITUD SINUOSA

DEL VESTIDO

ajustaba el desorden ,

ceñía el caos

que la urgencia

acostumbra a dejar

y con las manos libres

de sus manos

se arregló el escote

todavía palpitando

en el obscuro rincón

donde , minutos antes ,

había olvidado

quien era .

EL FLAGRANTE PERFUME

HABÍA EMBEBIDO  su piel

de un modo que sería imposible

no explicar la tentación

en el desierto del desamor .

Tantas veces lo negó

que parecía una afirmación .


EL BOLSO DE LEGÍTIMO

CUERO

encerraba misterios

junto al mudo espejo

por donde , cual Perséfone ,

entraba y salía

de los infiernos .


LOS ZAPATOS DE FINO

TACÓN

trataban de sostener

el equilibrio,

la total arquitectura

de su silueta colisionando

contra la espalda

de la opresiva pared .


EL DELICADO PAÑUELO

DE SEDA  natural

estrangulaba

el aturdimiento

y en el nudo de la lazada

perfectamente acomodado

expiraba la verdad .


LA ROJÍSIMA BOCA

RESUMÍA  la noche

como epílogo

de una historia

                 de tres .



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