Impávida la noche entrega
su alma
al demonio de las dudas
despaciosamente
ahoga sus sospechas
en el alevoso trago
del desconsuelo.
Al final de la barra de un bar
de carretera
con el estridente neón
de las luces
señalando la puerta de emergencia
repite la amarga historia
una y cien veces
mientras las palabras
( viscosas )
se anudan
aturden
DESNUDAN la oscuridad .
Sintió una especie de rabia
sorda
como si un golpe seco
le hubiera dejado
la boca rota
un olor dulzón a vainilla
en la letrina
ocultaba tras la puerta
su nauseabunda realidad .
Allí mismo en mitad
del estupor
la farsa agonizaba
en las sucias aguas
de la bahía.
Mientras los borrachos
apuraban la madrugada
con hielo
y el decadente pianista
aporreaba su undécimo
vals .
At last
se aproximó a su boca
con salacidad
arriesgando el exiguo valor
que le quedaba .
Por fin
sintió la tibieza azul
del amanecer entre las piernas .
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